La
Polonesa es una forma musical consistente en un movimiento
de marcha moderada y ritmo ternario (3/4), con característico comienzo
en ritmo tético y fin en prótesis. Es la danza nacional de
Polonia.
Algunas de las polonesas más destacables y famosas son las de
Frédéric Chopin.
Nació como un baile, como excusa de los nobles para mostrar sus
fastuosos hogares a sus allegados y hasta a la denominada
plebe. Se
cree que esta fue una de las primeras formas de discriminación.
Los temas que trataban eran diversos, iban desde historias de alto
contenido erótico, hasta situaciones de la vida diaria pasando por
encuentros con duendes y criaturas mitológicas. Es una danza polaca de
movimiento moderado y en compás de 3/4. En su origen (
siglo
XVI) era una marcha solemne que daba principio y fin a una fiesta
realizada en casa de una familia de la
nobleza;
las parejas, tomadas de las manos y guiadas por el dueño de la casa,
atravesaban las salas, las galerías y los jardines, haciendo los más
extravagantes movimientos, en ocasiones el dueño guiaba la marcha, que
recorría desde los jardines hasta los baños.
Las melodías de la polonesa suelen ser de una estructura simple, a
base de frases breves. Posee un ritmo muy característico en el que se
combinan corcheas y semicorcheas, junto a un baile, Durante el Siglo
XVIII se produjo la estilización de la polonesa. Es en esta época donde
la polonesa se entronca dentro de la
suite,
tomando la forma de
zarabanda o de
rondó.
Las polonesas de Bach ofrecen los rasgos característicos del compás
ternario, las frases sin
anacrusas y un ritmo característico con la
acentuación en el segundo tiempo.
Ejemplos famosos de polonesas barrocas son los que contemplamos en las
siguientes obras de Bach: Suite francesa nº 6 y Suite orquestal nº 2.