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miércoles, 14 de marzo de 2018

Xemeingo Dantza





El 29 de septiembre, día de San Miguel, patrón de la anteiglesia de Jeméin, que ahora forma el municipio de Marquina-Jeméin (Vizcaya), se realiza esta peculiar danza en el barrio de Arretxinaga. Por este motivo este baile también es conocido como "danza de San Miguel de Arretxinaga".


En este baile, los dantzaris llevan en su indumentaria, como parte más importante, unos escapularios con la figura del Arcángel San Miguel y el escudo de la provincia de Vizcaya. Llama la atención la lucha que se entabla entre dos miembros del grupo que se ha interpretado como la lucha del bien contra el mal o la lucha que el Arcángel Miguel protagonizó contra Lucifer, el ángel rebelde, cuando es arrojado al infierno. Al final el jefe del grupo es alzado sobre la parrilla formada por las espadas de los danzantes en clara señal de victoria, aunque en la actualidad esta interpretación es cuestionada.


Sorgin Dantza

Este baile se incluye dentro de las fiesta de invierno y de carnaval. Se conserva en la localidad de Oria, próxima a Lasarte (Guipúzcua), y parece que fue llevado allí por obreros vergareses.

El grupo está formado por un número indeterminado de parejas, que está dirigido por un capitán y un sargento (el que lleva la bandera). La mitad van vestidos con ropa blanca, al uso del país, cubriendo su cabeza con un alto sombrero cónico de color azul, rematado en una borla de lana. La otra mitad van vestidos con ropas femeninas, al estilo de las aldeanas guipuzcoanas de principios del siglo XX.

Después de una introducción, la ibilketa (marcha), que es bailada por todo el grupo y el capitán, sigue una parodia del comportamiento hombre-mujer; abrazados, caricias, movimientos ostentosos de faldas, provocaciones todas ellas de la parte masculina sobre la femenina, aunque en esta danza algunas femeninas no suelen ser mancas que digamos (como es lógico). Se procura que sea muy divertido y provocar el chiste y la risa entre el público.

Continúa el baile con una danza en corro, una caricatura de lo que el pueblo puede entender como una danza de conjuro, donde los dedos índices de los dantzaris parecen querer lanzar todo tipo de males.