jueves, 16 de abril de 2015

Jarana yucateca

La jarana yucateca es un baile de pareja que tiene carácter de competencia a ver qué pareja resiste más, ya que la musica se repite incesantemente. Cuando al final se quedan dos parejas disputándose el último lugar, se enciende el alboroto y los asistentes se dividen en dos bandos alentando a una y otra pareja. A los mejores se les alienta poniéndoles sombreros uno sobre otro en la cabeza, a manera de corona simbólica. Al terminar la bailadora triunfante entregará a sus dueños los sombreros por los que a cambio de ellos recibirá obsequios.
Hay dos tipos de jaranas, la escrita en compás 3/4 y la 6/8, en la primera de hacen zapateos y paseos donde se castañean airosamente los dedos. En la segunda se ejecuta la figura del “torito” tan popular en muchas danzas mexicanas.
las parejas de colocan en formación de contradanza y allí mujeres frente a hombres zapatean, cuando llega el paseo cada pareja se mueve libremente por su área, el hombre cortejando a la mujer la danza.

Paso de zapateo en dos compases de ¾:





La coordinación del paso con la música es algo complicado y hay que comenzar en “anacrusa”, ya que el tiempo fuerte del primer compás cae en el movimiento 3, y el otro en el 5, porque cada paso completo lleva dos compases de 3/4. El paseo es improvisado entre la pareja. El hombre corteja a la mujer, la postura del cuerpo es muy erguida en ambos, sobre todo en ella, los movimientos deben ser suaves, el valseado casi sin plié, no hacer giros bruscos. La coreografía es libre, partiendo de las figuras de la danza, zapateo enfrentado y paseo.


Danza de los seises

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Los seises son una agrupación de diez niños que realizan una danza sagrada delante del Santísimo Sacramento de la Catedral de Sevilla en la Octava del Corpus, en la la festividad de la Inmaculada Concepción y en el Triduo de Carnaval.

Los niños cantores en las iglesias suponen una tradición muy antigua. Tras la Reconquista de Sevilla, la ciudad contaría con la presencia organizada de cuatro a seis mozos de coro para la liturgia solemne, costumbre que se extiende por España. La autorización para emplear estos niños cantores viene dada a instancias del Cabildo Sevillano por la bula del Papa Eugenio IV en 1439. Además, el 27 de junio de 1454 el Papa Nicolás V concede a la Catedral de Sevilla un maestro de canto para los niños.

En la segunda mitad del siglo XV se generaliza que sean seis niños. A principios del siglo XVI ya se conocen como seises en toda España y en Sevilla se llamarán así desde la segunda mitad del siglo XVI. Actualmente, en Sevilla son diez niños. Estos niños vivían con el Maestro de Capilla de la Catedral, recibiendo de él educación y manutención. En el siglo XVII pasaron a vivir internos en colegios creados por los propios cabildos. En el caso de Sevilla fue el Colegio de San Isidoro, más conocido como de San Miguel, donde ingresaron los seises el 1 de enero de 1633 y que cerró sus puertas en 1960. Desde el año 1985 los seises pertenecen al Colegio Portaceli, de la Compañía de Jesús.


No se sabe cuándo empezaron a bailar los seises de la Catedral de Sevilla, pero hay referencias de esto desde principios del siglo XVI y lo hacían los niños de manera esporádica e imprecisa durante la procesión del Corpus. En el siglo XVII esa costumbre se convierte en una tradición cristiana de la ciudad, para que siempre se produzca dicha danza con los niños en el Corpus. En 1654 se decide dotar a la festividad de la Inmaculada de ese honor y en 1695 se hará lo mismo con el Triduo del Carnaval.

El traje de los seises es muy llamativo, con detalles dorados, mallas, pantalones abombados y chaquetillas. Como curiosidad, el traje incorpora detalles celestes en la festividad de la Inmaculada y siempre bailan con un sombrero con plumas.



El coro infantil de la Catedral, también del Colegio Portaceli, entona cánticos que acompañan la danza.

Para profundizar más sobre el tema sería interesante recurrir al artículo de D. Herminio González Barrionuevo, Maestro de Capilla de la Catedral de Sevilla.




lunes, 6 de abril de 2015

Punto guanacasteco

El punto guanacasteco o punto costarricense es una danza folclórica autóctona de Costa Rica, considerado el baile nacional de ese país. También es conocido como "baile o son suelto", ya que la pareja baila suelta.

El punto es una danza de origen dominicano que se extendió a Cuba, Costa Rica y Panamá. Generalmente el punto no tiene letra, y se acompaña con "bombas", tipo de verso que se intercala cuando se interrumpe la música a solicitud de los danzarines, a modo de la copla española y la trova colombiana. Se considera la versión costarricense de la payada española popular en América del Sur (Bolivia, Chile, Uruguay y Argentina).

Nació por los años 1830 y su cuna fue el regazo mismo de este pueblo. 
Este ritmo de punto (parrandera) es ritmo auténtico costarricense nacido en Puerto Rico.  Fue en 1944 con el Gobierno de don Teodoro Picado cuando es oficializado como Danza Nacional de Costa Rica.


El Punto guanacastecto es una danza de ritmo muy rápido e implica una gran cantidad de zapateo. La música es muy animada y permite a los bailarines divertirse. La danza es una interpretación de como los hombres y mujeres interactúan entre ellos y los hombres "persiguen" a las mujeres. Durante el baile las mujeres coquetean con los hombres simulando salir corriendo.
La danza por lo general termina con los hombres que son recompensados por su esfuerzo. Las mujeres suelen dar a los hombres un beso.