Danza de los siete velos

    Se dice que el uso de los 7 velos surge de la representación de los 7 chacras, aunque también simbolizan los 7 planetas, y los 7 colores del arco Iris. Surge en la antigua Babilonia y se realiza en homenaje a la diosa Ishtar, por sus  7 atributos: belleza, amor, salud, fertilidad, poder, magia y dominio. La bailarina inicia la danza con los 7 velos amarrados en su cuerpo, cada uno de un color y  a medida que danza los velos son desamarrados uno a uno representando la apertura de cada chacra.

   Cuando se habla de la danza del vientre, la legendaria danza de los 7 velos es una de las que más curiosidad causa. Sobre cómo surge, existen varias versiones:

    Cuenta la leyenda en la que creían las antiguas civilizaciones del Medio Oriente, que cuando el marido de Ishtar murió y descendió al mundo de la oscuridad, al centro de la Tierra, ella decidió rescatarle; para ello, se acicaló y vistió muy bellamente, se ató un fajín a las caderas y se puso siete velos. Así ataviada, la diosa del amor danzó frente a las siete puertas en su viaje al mundo de las tinieblas, desprendiéndose de un velo en cada una de ellas para ganarse la entrada. La ausencia de Ishtar en el mundo mientras busca a su esposo (Tammouz, cuyo nombre en árabe significa "Julio") simboliza las épocas del año desprovistas de calor, vida y fertilidad. Ishtar vuelve vencedora al comenzar la primavera; la danza entonces, se encuentra unida a lo divino, es la Danza Oriental, ritual de las caderas percusivas adornadas, y la suavidad del velo en los miembros superiores.

     Otra de las versiones, quizás la más conocida, y la que más despierta la curiosidad de todos es la de Salomé. La Biblia nos dice que Juan el Bautista estaba detenido por Herodes debido a que había condenado el hecho de que conviviera con Herodías, la mujer de su hermano Filipo. Herodes no se atrevía a matar al profeta, pero Herodías quería castigarle. En una fiesta la hija de Herodías baila para Herodes, este entusiasmado con su sobrina le ofrece concederle cualquier cosa que pida. La chica, instigada por su madre, pide la cabeza de Juan el Bautista en bandeja de plata. (Mateo 13, 3-12 y Marcos 16, 17-29). Esto es lo que dijo Marcos: Llegó el día oportuno cuando Herodes, en la fiesta de su cumpleaños, daba una cena a sus príncipes y tribunos y a los altos dignatarios de Galilea. Entró la hija que estaban con él a la mesa. El rey entonces dijo a la muchacha: -Pídeme lo que quieras y yo te lo daré. Y esto lo que dijo Mateo: Pero cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó en medio y agradó a Herodes, por lo cual este le prometió con juramento darle todo lo que pidiera.La Biblia dice que Salomé bailó para Herodes, pero NO que lo que bailó fuera la danza de los siete velos. No se especifica que tipo de danza bailo, si era seductora, si implicaba desvestirse, ni se nombra a los velos, ni el número siete, de hecho, en los evangelios no mencionan ni siquiera su nombre, solo la llaman hija de Herodías. Por esto, Strauss añade esta danza a su ópera Salomé.

    Aunque es dicho que se practicaba por las sacerdotisas en el templo de la diosa Isisis y en homenaje a la diosa babilónica Ishtar, los primeros registros contemporáneos que se conocen sobre la danza con velo en oriente se refieren a Zouma, una bailarina de origen tunecino que creaba y coreografiaba piezas fusionando el ballet con danza tunecina y toques de la sobreactuación del teatro y los comienzos del cine. Zouma trae consigo a la bailarina danzando su entrada creando imágenes de pudor y recato, así como de sensualidad y erotismo con ayuda del velo. Aunque se conoce a Zouma como pionera de la danza con velo en oriente, quien la lleva a los grandes teatros orientales y la saca a relucir al mundo fue Samia Gamal alrededor de 1940 con ayuda de su gran carrera cinematográfica. No obstante, a lo largo de la historia tanto las bailarinas egipcias como las libanesas poco han utilizado este accesorio más que durante unos cuantos minutos al inicio de sus presentaciones. La bailarina turca Nesrin Topkapi es una de las pocas que dio al velo un papel importante en su danza y atuendo, mientras que las bailarinas egipcias Tahiya Carioca y Suhair Zaki también solían bailar con velo.