CARACTERÍSTICAS GENERALES
La seguiriya posee un carácter sombrío, algo que se traduce en la presencia de mucho quejío y poca letra. De hecho, una forma de identificar este palo flamenco es prestando atención a la consecución de ‘ayes’ que tiene. Este elemento trágico que posee la seguiriya puede estar motivado por la creencia de que es un estilo que procede de las plañideras, mujeres que eran contratadas para cantar en los velatorios. Dado que era un cante de duelo, la muerte está muy presente en las letras de este palo.
Es un cante que posee los valores básicos de lo que se conoce como el cante jondo y puro. Sus letras son de dolor, trágica, en las que se refleja el sufrimiento de las relaciones humanas, el amor y la muerte. De la estética musical de la seguiriya, beben muchos estilos flamencos como los cantes de palo seco (sin guitarra) o las malagueñas , entre otros.
ORIGEN
Aunque el origen del cante de las seguiriyas es incierto, se cree que deriva de las plañideras, mujeres que eran contratadas en el siglo XIX para cantar en los velorios. Dado que era un cante de duelo, el tema de la muerte era recurrente y fuente principal de inspiración en las letras de las seguiriyas. Esta creencia extendida no ha podido ser confirmada por los estudiosos del flamenco, de hecho, el compositor Manuel de Falla en su estudio El Cante Jondo, afirma que la `siguiriya´ bebe de los modos tonales primitivos del canto bizantino, cantada en las liturgias. Lo que sí sabemos seguro, es que la métrica de la seguiriya es la suma de dos tipos de compases, de tres por cuatro y de seis por ocho.
Actualmente se acompaña el cante con la guitarra flamenca, a pesar de que su origen, al igual que las tonás y los cantes primitivos, eran los llamados `palos secos´, es decir, sin acompañamiento. En cuanto al baile, se incorporó mucho más tarde, ya en el siglo XX. Fue Vicente Escudero en 1940 quien lo incluyó por primera vez en el cante, siguiendo la línea de solemnidad del mismo. Destaca la salida, que consta de un largo paseíllo combinado con punteados y desplantes. Más adelante, la bailaora Pilar López hizo una versión con “palillos”.
BAILE
El baile de las seguiriyas se compone estructuralmente de cuatro versos hexasílabos, excepto el tercero, que es endecasílabo (6-6-11-6). La rima puede variar según el cantaor, ya que prima el sentimiento sobre la norma. Las seguiriyas son uno de los palos flamencos más difíciles de bailar y esto se debe a las numerosas variantes que existen dentro de su forma básica.
En cuanto al baile, ha habido una evolución desde Vicente Escudero hasta la versión propuesta por Pilar López, quien decidió incluir las castañuelas en la interpretación de este palo flamenco. Teniendo en cuenta las características de la seguiriya, este baile es sombrío y solemne. Destaca la salida, que consta de un largo paseo, y se combinan los punteados con los desplantes. Es un palo cargado de temperamento, que alterna marcajes suaves, con zapateados y escobillas en la parte álgida.
Algunas están asociadas a un cantaor particular, que dota de su quejío y duende a la forma de interpretarla. Tenemos, por ejemplo, las seguiriyas del Planeta, sencillas y solemnes; las de Frasco El Colorao en Triana, con mucha ornamentación; las de Manuel Molina y Antonio Chacón, en Jerez de la Frontera, etc.
Como se puede comprobar, los cantes y bailes flamencos son parte de la cultura viva de Andalucía ya que evolucionan con el paso del tiempo, eso sí, conservando su pureza.
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