miércoles, 21 de marzo de 2018

Tango Queer


Sin roles prefijados, sin que una parte de la pareja siempre tenga que llevar y la otra seguir y, sobre todo, sin que la pareja deba estar compuesta obligatoriamente por un hombre y una mujer.

Así se baila hoy un tango distinto que se conoce como tango queer y que quiere plantear una reflexión sobre el género, los códigos y las normas que rigen este baile. Así, esta nueva modalidad tanguera propone romper con la dicotomía hombre/mujer en el baile y con los roles asignados, permitiendo que cada persona elija libremente su rol, independientemente de su gé­nero, además de ofrecer la posibilidad de cambiar de rol cuando se desee.


                                                        Reportaje sobre el Tango Queer en Buenos Aires


Pero ¿cómo se baila el tango queer?, ¿es muy distinto al tradicional? Los iniciados señalan que no hay grandes diferencias con respecto al tango convencional. Se baila igual pero todas las personas implicadas conocen ambos roles y los intercambian. La música que suena en las milongas queer es también la del tango clásico, preferentemente de los años 30 y 40 del siglo XX.

La principal variación, así pues, estriba en el código, en su disolución. En el milonguero tradicional, además de darse por supuesto que las mujeres siguen y los hombres llevan, y que las parejas están formadas por hombre y mujer, los hombres sacan y las mujeres esperan. Nada de esto sucede en el tango queer. En él debemos preguntar a la persona con quien bailamos con qué rol desea empezar, y todas las personas son libres de invitar a quien les plazca. 


Para saber más:

Página oficial del movimiento "Tango Queer" en inglés y español  









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