Algunas teorías dicen que es un derivado de la Zarabanda pero con la diferencia fundamental de que este era honesto y sencillo. Es decir, que la gente no aficionada a los bailes provocativos francamente inmorales optaron por bailar la zarabanda adecentando los movimientos y sus detalles. Lo bailaban especialmente los gitanos.
Hay que distinguir el llamado zorongo gitano. Este fue uno de los bailes gitanos que gozo de más popularidad en el XVIII. En fiestas populares particulares, a la puerta de ventorros, los actores entran y salen en escena cantando y bailando el zorongo al son de guitarras, bandurrias y vihuelas. Pero su ejecución estaba reservada especialmente a los gitanos, que imprimían a este baile un sello particular.
Su nombre ser debe a que en la letra de uno de los primeros zorongos aparecen a modo de estribillo esta palabra (¡Ay, zorongo, zorongo, zorongo!”). Se hizo muy popular en las agrupaciones zámbricas del Sacromonte de Granada.
El zorongo bailado por la “Perla” en el Sacromonte es uno de los testimonios más expresivos que tenemos. Acompañada por el son de un pandero que tocaba una gitana vieja. «La Perla salió a bailar. La bailarina enajenada por su éxito, redoblaba su agilidad, y pronto sus cabellos negros, destrezándose, flotaron desparramados sobre sus morenos hombros. Un joven gitano se lanzó al lado de la Perla otras dos parejas hicieron otro tanto, y el baile no tardó en hacerse general. Las parejas se unían y se separaban para volver a unirse de nuevo. Los bailadores, electrizados por los aplausos de los gitanos y por los nuestros que no se los escatimábamos continuaron de aquel modo durante un buen rato».
Se caracteriza por su métrica ternaria. El zorongo más conocido es el que La Argentinita y Federico García Lorca grabaron al canto y al piano respectivamente en 1931 en sus “Canciones populares españolas”: Zorongo gitano, Los cuatro muleros, Anda Jaleo, En el Café de Chinitas, Las tres hojas, Los Mozos de Monleón, Los Pelegrinitos, Nana de Sevillana, Sevillanas del siglo XVIII y Las morillas de Jaén. En todas ellas la Argentinita puso la voz, el zapateado y las castañuelas y Federico la acompaña al piano. Solo en una de ellas, Anda jaleo, se escucha un acompañamiento orquestal. El éxito de estas grabaciones realizadas por la discográfica La Voz de su Amo fue inmediato y desde entonces estas canciones son obras clave del cancionero tradicional.
ZORONGO GITANO (letra de Federico García Lorca)
Tengo los ojos azules,
tengo los ojos azules,
y el coranzoncito igual
que la cresta de la lumbre.
tengo los ojos azules,
y el coranzoncito igual
que la cresta de la lumbre.
De noche me salgo al patio
y me harto de llorar
de ver que te quiero tanto
y tú no me quieres ná.
y me harto de llorar
de ver que te quiero tanto
y tú no me quieres ná.
Esta gitana está loca,
loca que la van a atar;
que lo que seña de noche
quiere que sea verdad.
loca que la van a atar;
que lo que seña de noche
quiere que sea verdad.
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