Instrumentos musicales para esta danza debieron ser originalmente tambores de cuero, el que luego se reemplazó con el cajón y la maraca por la quijada de burro, agregándole guitarra acústica y canto. Los versos del festejo siempre fueron de asunto festivo, de allí su nombre.
Es característico las repetidas pasadas tras periodos de cuatro u ocho compases y al estribillo coral de la fuga. Es posible que originalmente haya sido danza masculina de solista, improvisando pasos y contorsiones acrobáticas con toda libertad de espíritu y sin regla coreográfica alguna. Puede ser observada en su forma más tradicional en Cañete y Chincha.
Este baile, presenta en sus ritmos, sentimientos festivos con estas características y con predominio de lo negro. El festejo ha adquirido en los últimos años una renovada popularidad, gracias a sus contagian tes ritmos y al movimiento de caderas, atribuyendo a Porfirio Vásquez, la forma actual de baile.
El festejo fue creado por habitantes negros que fueron traídos al Perú
desde África durante el siglo XVII por los conquistadores españoles
para realizar trabajos agrícolas, aunque el objetivo real era el
trabajo en las minas debido al robusto físico que portaban. Sin
embargo, el clima frío de la sierra era adverso para ellos,
relegándolos al trabajo de campo y doméstico. Por ello, su letra
narra las costumbres, alegrías, penas y sufrimientos de la raza
negra de aquel entonces.
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