Es una especie de contradanza que se baila entre dos o más parejas con variedad de figuras. El aire es a dos tiempos y se divide en dos retornos fraseados de cuatro en cuatro compases empezando por la última nota del segundo tiempo. El paso se efectúa en el primer lugar sin avanzar, retroceder ni ladear por más que las piernas ejecuten muchos movimientos.
Al convertirse en una danza de moda en la corte francesa durante el siglo XVII, se incorporó en los espectáculos escénicos de Lully y Rameau.
En el siglo XVIII se incluía en ocasiones en la suite alemana; este tipo de bailes de salón centroeuropeos se ha conservado en algunas localidades a lo ancho de la geografía española. Por ejemplo: En Aragón se tiene muy documentado el Rigodón de Sarrión y en Teruel. En la Seo de Lérida se conservan partituras de principios del siglo XIX de rigones junto a bailes de gitanas y paloteos. En Toledo aparece en el pueblo de La Mata ligado a las fiestas de San Sebastián y en Castilla y León encontramos rigodones en la Tierra de Campos, el más conocido, aunque no el único, el de Villalcázar de Sirga, en Palencia.
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